jueves, 12 de febrero de 2015

Descubrir el Zhang Zhuan Gong


Nº 18 - Verano 2009

DESCUBRIR
EL ZHAN ZHUANG GONG

Javier Seminario

Este artículo representa un acercamiento profundo al zhan zhuang desde un punto de vista terapéutico y marcial. A partir de su experiencia personal y sus estudios, el autor subraya la importancia del wu wei aplicado a la práctica. Otros puntos fundamentales son la relajación, la preparación adecuada del sistema energético corporal y el fortalecimiento de los órganos internos.


Hace cinco años viajé a China para buscar una formación seria en las prácticas energéticas. Eso me llevó a descubrir un mundo de total contraste al conocer a profesores de diferentes escuelas y métodos. Unos eran médicos investigadores y otros artistas marciales con habilidades realmente sorprendentes. Todos ellos basaban su práctica en el zhan zhuang. Viendo esto tomé la decisión de darle al zhan zhuang la misma importancia que se le otorga en todos los libros y tratados que he leído en mis quince años de práctica de Tai Chi y Chi Kung. Así que empecé a practicarlo en varias ocasiones a lo largo de este tiempo, pero siempre lo abandonaba.

Para mi sorpresa y frustración descubrí que cada profesor tiene su propia forma de enfocar la práctica, a veces muy distinta de la de otros expertos e incluso, en ocasiones, radicalmente contradictoria. Estas diferencias son más acusadas entre las prácticas terapéuticas y las marciales, donde existen puntos considerados esenciales para una de las tendencias que resultan totalmente despreciados por la otra. Dentro de la rama marcial e incluso de una misma disciplina también encontramos estas diferencias de opinión entre los profesores.

Me encontré entonces frente a una verdadera labor de investigación, en la que aprendía técnicas y después las practicaba a diario durante un año. De esta manera, al tratar de comprender los motivos por los que un profesor en concreto concedía tanta importancia a un punto u otro de la práctica, pude ir sacando mis propias conclusiones. Aunque generalmente existen razones puramente marciales que considero poco equilibradas porque me han generado problemas, suelo valorar también lo que este enfoque pueda tener de positivo y adapto entonces esos aspectos a mi práctica.

Mi idea es presentar el zhan zhuang en este artículo siguiendo mi propia experiencia, conclusiones y práctica personal. Espero dar a conocer de esta forma un enfoque correcto de un sistema mucho más difundido que practicado, y que, en la medida de lo posible, contribuya a proporcionar contenido a la actividad energética que cada cual realiza.

Principios fundamentales

La práctica básica del zhan zhuang es una práctica sencilla que consiste en elegir una postura dentro de la gran variedad existente y mantenerla permaneciendo inmutable durante un tiempo determinado. Podemos comenzar por cinco o diez minutos hasta llegar a un mínimo de veinte. Lo ideal es permanecer en la postura cuarenta minutos y evitar practicar más de una hora. La práctica básica del zhan zhuang consiste en "dejar que se haga". Si partimos de la base de que la energía tiene la capacidad de regularse y cultivarse por sí misma, podemos decir que uno de los fundamentos del zhan zhuang consiste en "dejar que la práctica se haga sola". Entender esto es el mayor reto con el que nos vamos a encontrar. "Si no se hace nada, todo se hace", dice una frase que en el zhan zhuang de base adquiere un enorme significado. Esto es lo que nos confunde y no terminamos de entender.

Conocemos también la influencia de la mente sobre la actividad energética y sabemos que cuando adoptamos una actitud mental de tensión la energía se estanca en los órganos y en la estructura del cuerpo. Estas tensiones pueden originarse por diferentes causas que provienen de las situaciones a las que nos vemos expuestos durante nuestra vida diaria. Con la relajación del cuerpo y la mente el Qi puede liberarse, cultivarse y así regular el sistema.

Practicar a partir de la energía, no de la tensión

La tensión produce sensaciones como la tirantez, el dolor, calor, entumecimiento, emociones bloqueadas, etc... Todas estas manifestaciones tienen que ver con una acumulación de energía que se ha estancado. En cuanto a la relajación, no consiste solamente en aflojar los músculos. La verdadera relajación es la liberación de la energía en cualquier postura o actividad física.

Por esa razón no podemos empezar a cultivar la energía desde la tensión y, sin embargo, cuando abordamos la práctica de zhan zhuang la tendencia general es comenzar con la postura del "abrazo del árbol". Esto resulta sorprendente, no tanto por la popularidad de esta postura, sino más bien porque trabajar la energía partiendo de esta base conduce a la mente del practicante a un auténtico campo de batalla. Sólo hay un desafío entre él y la tensión que él mismo genera, y la actividad energética que pueda surgir se queda bloqueada en el pecho y la cabeza. De esta forma el practicante puede llegar a obtener sensaciones básicas de Qi a las que suele dar una importancia que no tienen realmente y apegarse a ellas sin evolucionar más allá.

Establecer una base sólida

La práctica energética debe comenzar por posiciones básicas, cómodas y estructuralmente correctas, y dejar que la mente sea libre de abandonarse a experimentar, reconocer y descubrir. La primera etapa consiste en esto, descubrimiento y reconocimiento, y esta fase es primordial puesto que prepara el sistema. Una vez superada esta etapa, el entrenamiento energético se orienta hacia la práctica personal, bien sea marcial o con otros fines, pero para ello se necesita que el trabajo de preparación sea metódico y muy cuidado.

En esta primera fase surgen los mayores cambios, las sensaciones evolucionan cada día, los órganos internos se activan naturalmente y los canales se desbloquean y preparan para un movimiento energético de mayor volumen. La energía surge de lugares donde lleva estancada mucho tiempo y esto permite unificar y afianzar la raíz en el dantian. Si admitimos que la práctica del zhan zhuang es energéticamente eficaz, que nos puede llevar a trabajos realmente fuertes y que se trata de nuestra salud, entenderemos por qué necesitamos un sistema energético adecuado que lo asimile y también la importancia de dedicarle tiempo y atención.

Para ello el sistema del zhan zhuang comprende diferentes posturas que podemos adecuar a las limitaciones de cada persona. Esto puede ir desde practicar tumbados o sentados hasta realizar trabajos con un enfoque marcial de alto nivel y dificultad, cada cual, evidentemente, con distintos grados de eficacia. En cualquiera de las formas o posturas es importante mantener una estructura física correcta donde los meridianos, los músculos y el esqueleto formen un conjunto idóneo para el movimiento libre del Qi.

¿Qué sucede entonces?

Los órganos internos se activan y comienzan a mover Qi por los meridianos. Esto requiere ciertas precauciones, porque al adoptar posturas cómodas las sensaciones que surgen cautivan al principiante y muchas veces alarga demasiado el tiempo de mantenimiento de la postura. Si esto ocurre puede pasar que al día siguiente o incluso a los dos días no pueda levantarse del sofá, no tenga energía vital ni fuerza para mantenerse en pie y anímicamente se quiera morir. Ha dejado a sus órganos internos exhaustos, les ha exigido en exceso.

La práctica correcta se asemeja al desarrollo de la capacidad muscular. Si trabajamos metódicamente, su desarrollo será el adecuado, pero si el primer día hay un exceso de entrenamiento, en los días siguientes los músculos no van a responder. Aunque no nos damos cuenta, es muy importante saber que estamos solicitando a los órganos internos un verdadero esfuerzo para mover energía. Trabajar con un importante volumen de Qi requiere ejercitarlos como si se trataran de un músculo, con método y ciertos ritmos.

Los órganos impulsan la energía por los meridianos, que se mantienen relajados y libres de tensiones y dejan espacio al Qi para que llene el cuerpo. Entonces comenzamos a percibir con claridad sensaciones que evolucionan continuamente. Por regla general y durante una misma práctica, podemos apreciar un cambio significativo cada diez minutos, pero esto constituye todo un proceso.

Primero necesitamos un tiempo para adquirir la postura correcta y centrarnos en lo que hacemos. Después se activan los órganos y el Qi va abriendo los canales hasta llegar a la piel y al interior del cuerpo y, más tarde, se expande hacia fuera. Cada fase nos genera unas sensaciones diferentes, que varían en cada práctica y, llegado el momento, hay algunas de ellas que no vuelven a aparecer y otras que parecen estabilizarse. La respiración y el ritmo cardíaco también se estabilizan, esto significa que el sistema está listo y que se pueden acometer trabajos más intensos.

Este proceso, por ser el más delicado y complejo, requiere de la atención y la supervisión de una persona experimentada para no caer en errores que puedan desviarnos. Cada día surgen nuevas sensaciones y experiencias, unas agradables y otras no tanto. Muchas veces el principiante queda desconcertado y le surgen dudas, o saca conclusiones propias que le llevan a experimentar por su cuenta apartándose del camino correcto.

La práctica terapéutica

El Chi Kung forma uno de los pilares de la medicina tradicional china junto con la acupuntura, el masaje, la dietética y la fitoterapia. Se estudia en distintos países con el apoyo de organismos oficiales, tomando técnicas antiguas de salud, prácticas marciales y aquellas orientadas hacia la espiritualidad y la regulación emocional. La elaboración de sistemas con resultados evidentes proviene de la experiencia con los pacientes. De ella se sacan conclusiones, se toma lo que se muestra realmente efectivo y se descartan aspectos considerados más afines a la tradición que a su eficacia real. Este es uno de los motivos por los que la ciencia médica entra en conflicto con las prácticas marciales más tradicionales.

El método terapéutico básico del zhan zhuang pretende mantener el sistema energético repleto y activo para evitar disfunciones y potenciar la salud. La práctica que yo he estudiado trabaja desde el exterior hacia el interior, evitando que la energía salga del cuerpo y se disperse. Es primordial comenzar con posturas básicas y situar las manos a la altura del vientre para desarrollar una raíz firme en el dantian.

Al principio, el nivel al que colocamos las manos determina la altura donde se genera una mayor actividad energética. Esto se debe, entre otras razones, al fuerte vínculo que hemos creado a lo largo de la evolución humana entre la mente y la actividad manual. Inconscientemente las manos mantienen la atención en la zona donde se sitúan y ésta atrae al Qi. Una práctica con las manos a la altura del pecho sin haber desarrollado primero la raíz en el dantian genera tensión en los hombros, espalda, costados y pecho. Esta tensión supone una acumulación de energía en la zona más alta del cuerpo que cuando se libera es atraída por la fuerza del corazón y produce taquicardias. Si se aloja en la cabeza provoca falta de sueño, nerviosismo, hiperactividad mental, etc... Cuando el volumen energético aumenta puede traer problemas más serios.

Este es un motivo importante por el que debemos comenzar la práctica situando las manos a la altura del vientre durante el tiempo necesario para que la raíz pueda desarrollarse. Cuando ya es firme podemos adoptar otras posiciones con la seguridad de que la energía está debidamente asentada. De esta forma el Qi permanece unificado y estable y la mente se mantiene muy tranquila y centrada.

Mi profesor, el doctor Han Bin del Beijing Traditional Medicine Training Center es médico e investigador. Ha dirigido por encargo del gobierno chino programas de investigación sobre los efectos del Chi Kung en determinadas enfermedades. El profesor insiste en que la práctica debe realizarse en estado de calma. A menudo me dice que debe ser como pasear por un bonito parque, cuando la mente está muy tranquila y abierta observando y disfrutando, uno se siente parte de la experiencia pero sin involucrarse o apegarse a ella, dejando que fluya. Esa es la manera natural que conduce a grandes logros.

La práctica del profesor Han

En un principio mantenemos la atención y la respiración en el vientre. Los ojos permanecen cerrados y orientados hacia la punta de la nariz o bien entreabiertos y con la mirada dirigida hacia el suelo, en un punto situado a unos dos metros de distancia. La finalidad de todo consiste en focalizar la atención y mantener una consciencia del dantian. Como resultado, la energía se concentra, el sistema energético se vuelve hacia el interior y almacenamos Qi.

En una segunda fase ya tenemos energía disponible, una raíz formada en el dantian y el sistema repleto. Entonces podemos llevar la atención al cuerpo de una forma más generalizada, tanto a los músculos, huesos y órganos como a la piel. Cuando logramos un estado del sistema energético donde los meridianos están activados y podemos mantener la conciencia del cuerpo físico, el Qi penetra y nutre cada célula, energizando también la sangre y los fluidos corporales.

Hasta este momento hemos estado preparando el sistema interno, el microcosmos, y después pasamos a enfocar el entrenamiento hacia una interacción energética con el universo del que formamos parte y con el que nos relacionamos de manera directa. Uno de los sistemas de trabajo más conocidos concede un papel relevante a la respiración. La utiliza para mantener la mente centrada en el ejercicio y así darle una referencia importante sobre la actividad que debe llevar a cabo en la expansión y concentración del Qi.

La respiración supone una ayuda inicial para la mente hasta que somos capaces de diferenciar las sensaciones de Qi y trabajar directamente con ellas. Entonces la respiración pasa a otro plano y podemos emplearla de distintas formas dentro del mismo ejercicio. Así se induce el movimiento del Qi hacia dentro y hacia fuera buscando una conexión entre lo externo y lo interno por medio de los meridianos. Una vez lograda esta conexión permanecemos en calma con la atención en el dantian o en el cuerpo permitiendo que el intercambio de Qi se produzca naturalmente y disfrutando de la sensación de la regulación del sistema “como si observáramos un bonito paisaje”.

Cuando somos capaces de centrar la atención en un punto del vientre y al tiempo mantener una conciencia de todo el conjunto, las energías que nos rodean comienzan a fluir en nosotros hacia el dantian. Esto es posible desde un estado de conciencia sin pensamientos, donde los sentidos pueden estar ausentes o bien volverse extremadamente agudos y el concepto de tiempo desaparece. A esto le llamamos «estado Chi Kung», en el que estamos mirando dentro y descubriendo desde la observación multitud de sensaciones y reacciones internas que practicando de otra manera se pasan por alto. Eso proporciona mucha información acerca del estado físico, energético y emocional que tenemos.

Dentro de la rama terapéutica se diseñan posturas con la finalidad de estimular los meridianos a partir de la postura estática, teniendo en cuenta la patología, estación del año, la predisposición natural de cada cual, etc. Muchas veces necesitamos hacer más hincapié en terrenos específicos y para ello combinamos diferentes posturas de brazos y piernas donde queda más patente la estimulación de meridianos concretos. La mente se dedica a la visualización y relajación de los mismos a la vez que mantenemos un cierto estiramiento, y así estos canales energéticos se activan especialmente sobre el resto del sistema.

Marcialidad

Personalmente no me produce gran interés la práctica marcial pero creo que el entrenamiento del Da Cheng Zhuang puede aportar aspectos muy destacables al sistema terapéutico. Es una práctica que trabaja desde dentro hacia afuera y abre rápidamente los canales, fortalece los órganos internos y permite exteriorizar Qi. Esto conlleva un efecto de limpieza en todos los sentidos. En esta modalidad los órganos internos movilizan Qi en los meridianos generando una fuerza externa. Por eso es importante preparar correctamente el sistema energético y, sobre todo, entrenar la capacidad de los propios órganos, ya que van a estar sometidos a un trabajo considerable.

En un primer nivel de este sistema la actividad mental está centrada únicamente en la relajación del cuerpo y de los pensamientos. Entonces la energía surge, llena el cuerpo de manera gradual y ocupa el lugar de las tensiones. Debido a esto la relajación se hace más natural, y poco a poco la sensación del cuerpo físico y material va siendo sustituida por otra de plenitud, de energía y expansión. La mente se transforma en conciencia, ya no hay pensamientos, sólo es conciencia abierta de energía. Esto también incluye a los sentidos, y podemos llegar a tener los cinco sentidos completamente presentes. La presencia posibilita el cultivo de un sexto sentido, la intuición, y entonces somos capaces de percibir un ataque inesperado y reaccionar. En la práctica marcial es de vital importancia la capacidad de reacción, por eso se diseñan ejercicios para potenciar esta habilidad. El zhan zhuang, en sus niveles más elevados, puede dotar al practicante de capacidad de intuición y reacción instintiva.

La práctica del Da Cheng Zhuang genera sólidos vínculos entre el cuerpo, la mente y la energía. En ella mantenemos cada una de las diferentes posturas, la mente las asimila y surge el desarrollo de la energía en sintonía con la estructura física y mental. Los tres aspectos se fusionan y crecen juntos, creando un conjunto en perfecta armonía de poder y eficacia, de forma que el mínimo estímulo en cualquiera de los tres aspectos hace que surja una reacción instantánea del conjunto, expresándose con fuerza explosiva en un ataque o inhibiéndose y desapareciendo si es atacado.

En este sistema se practican de esta manera diferentes posturas. No son un gran número habida cuenta de que debe entrenarse cada una durante el tiempo suficiente, en contraste con otros estilos internos donde se invierte mucho tiempo en aprender series de movimientos con todas sus aplicaciones y variantes. En ellos el practicante invierte su energía en técnicas, agilidad, potencia, elasticidad, movimiento, respiración, ataques y defensas... Sin embargo, las prácticas como el Yi Quan se fundamentan en el desarrollo del verdadero poder en detrimento de la variedad de ejercicios. Este poder solo puede obtenerse practicando las posturas estáticas con tiempo y dedicación.

Una vez asimilado este trabajo se entrena shi li. Podemos definir este término como la aplicación del zhan zhuang al movimiento. Practicándolo desarrollamos la capacidad para movilizar todo ese potencial energético en una actividad marcial. Y una vez dominamos el shi li llega el fa li, o fuerza explosiva. El shi li es un entrenamiento de gran dificultad ya que debemos unificar perfectamente el cuerpo y el movimiento manteniendo una actitud mental muy concreta, bien asimilada primero en el zhan zhuang, y una armonía total entre el pensamiento y el no pensamiento, entre la actividad y la quietud, el estar y el no estar.

El entrenamiento de shi li consta de ejercicios de repetición muy básicos que, practicados con disciplina, se convierten en una verdadera expresión del poder interno, de eficacia sorprendente. Mi maestro Jin me decía: "Shi li son muchos zhan zhuang, uno después del otro. Tai Chi son muchos shi li. Se debe comenzar así por la postura estática, luego shi li y después el Tai Chi Chuan".

Así, la práctica verdadera y tradicional del Tai Chi Chuan comienza también por desarrollar un buen sistema energético. Cultivar la energía significa permitir que se desarrolle naturalmente, despacio, con atención constante, cada día durante varios años, hasta que el dantian y los vasos estén repletos y nuestro Qi se unifique con el de la naturaleza, con el cielo y la tierra. Esto ocurre porque los órganos internos se fortalecen, la médula se nutre y el espíritu se eleva.

Los pasos de la práctica del Tai Chi Chuan incluyen el zhan zhuang gong en la postura ma bu y la postura quan en sus diferentes variantes. En la antigüedad, los practicantes del Tai Chi Chuan debían primero practicar estas posturas durante años para reunir más poder en las extremidades inferiores, y después entrenar con los ejercicios de empuje de manos. En cualquier arte marcial interno, el practicante debe saber que si no pasa por este refuerzo de habilidades específicas, sus extremidades inferiores carecerán de poder y será muy fácil que su centro de gravedad sea desviado.

En antiguos manuscritos se encuentran referencias al zhan zhuang con respecto al Tai Chi como las que siguen:

"Al principio se requerirá sólo cinco minutos de entrenamiento y progresivamente se aumenta la duración. Más tarde, después de un largo período de práctica, las extremidades inferiores reunirán un gran poder interno, mientras que el dantian estará lleno de Qi".

"Practica esta postura, no importa si puedes dedicar a otro entrenamiento mucho o poco tiempo. Si eres perseverante conseguirás todos sus beneficios al mejorar tus órganos internos y tu mente, y promover la circulación de Qi. Tu cuerpo entero ganará poder interno mientras la cintura y las piernas adquieren habilidades físicas para las artes marciales. El entrenamiento del zhan zhuang incluye desplazamientos hacia delante, hacia atrás, derecha e izquierda, centro, ataque y defensa, etc. Todas estas habilidades son esenciales en el Tai Chi Chuan".

La práctica del Tai Chi supone un método muy natural, armónico, suave y equilibrado de regulación en todos los sentidos. Hay que dedicarle tiempo, ser perseverante y muy celoso en su aprendizaje. El practicante actual busca lo interno desde lo externo, invierte gran dedicación a la correcta ejecución de la forma buscando constantemente relajación y armonía, pero las sensaciones internas no llegan. Debe saber que se necesitan quince años de práctica diaria de una misma forma de longitud media para que surja por sí solo. Por eso creo que el practicante serio actual debe conocer métodos eficaces de desarrollo y manejo de energía como son el zhan zhuang y el shi li, saber adaptarlos y comenzar un verdadero cultivo interno. Entonces la práctica tiene sentido. 

Javier Seminario es especialista en zhan zhuang. Representa al China Beijing International Acupuncture Training Centre. Enseña Chi Kung terapéutico y Tai Chi estilo Yang.







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