Para saber más sobre Shaolin
Templo de Shaolin
El kung fu de Shaolin es un arte marcial y una búsqueda espiritual.
El célebre kung fu nació en China hace quince siglos. Se lo debemos a un monje budista venido de la India. De allí pasó a Corea, Viet Nam, Filipinas, Malasia, Japón… para convertirse, a partir de los años 1950, en un fenómeno de moda que hace soñar a la juventud de todo el mundo. Una “globalización” que no siempre respeta los valores intrínsecos de este arte marcial.
En el marco del Festival Internacional de la Diversidad Cultural organizado por la UNESCO en mayo pasado, una delegación de monjes del templo de Shaolin (que significa “joven bosque”) viajó a París para pomover los valores culturales y espirituales del kung fu. Uno de ellos, el monje superior Shi Yongxin explicó a nuestra colega Weiny Cauhape cómo el templo de Shaolin es fruto de intercambios culturales y por qué es necesario preservar sus actividades, que hacen de él un santuario del alma china.
¿Puede contarnos brevemente el origen y el desarrollo del templo de Shaolin?
El emperador Xiao Wen, de la dinastía de los Wei del Norte, hizo construir en el año 495 el templo de Shaolin en el Monte Songo, como homenaje al monje indio Ba Tuo.
Luego, otros dos monjes indios, Ratnamati y Bodhiruci, llegaron a Shaolin y fundaron centros de traducción de los cánones budistas, lo que hizo del templo el corazón del budismo chino de la época.
Más tarde, el monje indio Bodhidharma se instaló allí pretendiendo “remontar hasta Buda”. Basó su enseñanza en este pensamiento: “el ch’an va derecho al corazón; conoce tu verdadera naturaleza y sé Buda”. En el templo creó la escuela ch’an, una escuela búdica que se adaptó al pensamiento chino durante la propagación del budismo. [Nota: Esta corriente tomará en Japón el nombre de zen].
Hoy, Shaolin se ha convertido en símbolo no sólo del budismo chino, sino también de la cultura china tradicional.
¿Cuál es el origen del kung fu y qué relación tiene con el budismo?
Al ser un templo imperial, Shaolin poseía importantes riquezas. Sin embargo, durante los últimos años de la dinastía de los Sui (581-681), el país padeció guerras sucesivas. Una parte de los monjes aprendieron entonces a practicar artes marciales para defender los bienes del Templo.
El kung fu de Shaolin es la vía que los monjes de Shaolin adoptaron para alcanzar el conocimiento profundo de la vida búdica y de la sabiduría, esto es, el ch’an. Es una manera de meditar el ch’an practicando artes marciales y dejar que éste guíe la práctica del arte marcial.
Al parecer, en el mundo existe un florecimiento de asociaciones llamadas “Templo de Shaolin”. ¿Cómo pueden conservarse los valores seculares del kung fu de Shaolin frente a ese fenómeno?
En efecto, existen muchos centros de enseñanza de artes marciales de Shaolin en el mundo. Algunos fueron creados por el templo de Shaolin del Monte Song, y otros recibieron nuestra autorización tras pasar un examen. Sin embargo, la mayoría de estas “casas de artes marciales de Shaolin” nacieron de manera espontánea.
Como no visité la mayoría de dichos establecimientos me es imposible evaluarlos. Pero algo es seguro: nos oponemos a la utilización abusiva del nombre de nuestro templo, porque puede hacer peligrar sus tradiciones.
Estamos realizando esfuerzos infatigables para proteger el patrimonio de la cultura de Shaolin. Hemos creado una organización encargada de gestionar y regularizar la denominación “Templo de Shaolin” y hemos presentado en la UNESCO una candidatura para su inscripción en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial. Esta inscripción permitiría tomar medias jurídicas, recopilar textos, archivar documentos… y, por lo tanto, encargarnos de asegurar la transmisión viva de este arte secular. Porque es necesario recordar que las reglas de transmisión de los saberes y prácticas del kung fu de una generación a otra están estrictamente reglamentados desde el siglo XIII, cuando fueron establecidos por el monje superior Fu Yu. Desde entonces, en Shaolin se han formado setenta generaciones de maestros.
Foto: Yongxin, monje superior del templo de Shaolin.
Las autoridades del templo desean inscribir al kung fu de Shaolin en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO.
Fuente del texto: El Correo UNESCO
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